Sebastián Crismanich en los Jadar: “Rosario es el punto de partida de un nuevo sueño olímpico”
El campeón olímpico de taekwondo visitó la ciudad y resaltó la importancia de los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento como semillero de experiencias rumbo al ciclo olímpico
El inicio de los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento Rosario 2025 dejó una estampa que quedará en la memoria: la visita del campeón olímpico Sebastián Crismanich. El correntino, medalla de oro en taekwondo en Londres 2012, participó de la cita y no dudó en elogiar a Rosario como escenario de este hecho histórico.
“Comenzar con unos Juegos Nacionales, y que sean los primeros de la historia, es inspirador. Para los atletas es un puntapié inicial que les permite visualizar lo que significan un Juego Sudamericano, un Panamericano y, finalmente, un Juego Olímpico. El legado que deja un evento así no es solo para Rosario o Santa Fe, sino para todo el país”, destacó.
Crismanich no ocultó cierta nostalgia al reconocer que le hubiese gustado vivir una competencia como esta en sus años de deportista activo: “Hubiera tenido mucho más sentido de continuidad. Pasar de un Juego Nacional a un Sudamericano y luego a un Panamericano hubiese hecho más natural el impacto de los grandes escenarios. Muchos atletas pierden rendimiento en esas instancias, y contar con esta escala previa puede marcar la diferencia”.
En ese sentido, compartió uno de los secretos de su preparación: confiar en el proceso. “El alto rendimiento exige integridad: no se trata solo de lo que hacés en el tatami o el gimnasio, sino de las decisiones que tomás cada día. Yo trataba de construirme el día ideal, el más feliz, el que me recordaba a cuando tenía ocho años y soñaba con estar en un podio. Ese trabajo mental me permitió que la suerte pesara lo menos posible”.
El campeón olímpico también reflexionó sobre su retiro, al que calificó como un momento duro, aunque inevitable: “El alto rendimiento me obligó a dar un paso al costado. Siempre fui de decisiones blanco o negro. Para mí lo que valía era competir al máximo nivel, y cuando sentí que no estaba para eso, preferí retirarme. No iba a quedarme en el limbo”.
Su vínculo con Rosario también fue parte de la charla. “Hoy tengo otra sensación al estar acá. Hace unos años no me sentía del todo cómodo, pero ahora la disfruto de otra manera. Es una ciudad muy linda, con mucha historia deportiva, y con esta tranquilidad que se recupera, la vivo con más gusto”.
Finalmente, Crismanich dejó un mensaje esperanzador sobre el ADN del deporte argentino: “Pese a las dificultades, lo que nos supera es la pasión. Ese es nuestro sello. Nada es imposible. Lo demostramos una y otra vez, con gestas como Seúl 88 en vóley o nuestra medalla en Londres. Estos Jadar son parte de esa historia: desde Rosario, se enciende una llama que va a inspirar a nuevas generaciones”.