1 de julio

Cultura

La Escuela Musto invita a sumarse a la fogata de San Pedro y San Pablo

La tradicional ceremonia será el sábado 5 de julio a las 18.30 en el Parque Regional Sur. Previamente, se hará una caminata que partirá desde el establecimiento hasta el lugar del ritual.

Como todos los años, la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto (Sánchez de Bustamante 129) invita a participar este sábado 5 de julio de la tradicional fogata de San Pedro y San Pablo que se realizará en el Parque Regional Sur a las 18.30. Previamente, se convoca a una caravana junto a estudiantes de la institución, que partirá a las 17.30 desde el establecimiento hasta el lugar de la ceremonia: el sector del parque ubicado en la esquina de Andes y Centenario, donde se hará el encendido.

Cabe destacar que las y los interesados en participar de la celebración podrán concurrir con sus propios muñecos y estandartes que luego serán ofrecidos al fuego. 

Asimismo, el viernes 4 de julio de 10 a 16, en la sede de la escuela, habrá una jornada de construcción de muñecos abierta a la comunidad. Se recomienda llevar materiales como telas, maderas, cartones, hilos.

El encuentro está organizado por los vecinos de barrio Saladillo, la Dirección del Parque Regional Sur y la Escuela Musto, quienes desde mediados de la década de los noventa comparten diversas tareas de producción para la realización de un único y gran festejo en la zona por la conmemoración de la festividad de San Pedro y San Pablo, que se celebra cada 29 de junio.

La Murga Matadero Sur también se sumó por esa época, encabezando con música y baile el desfile de los muñecos que partió desde la puerta de la escuela hacia la gran montaña de leña, ubicada en una de las esquinas del parque.

La fogata es una antigua celebración que rinde tributo al fuego en sus diferentes significaciones y simbologías. Integra un conjunto de tradiciones populares, que heredadas de la inmigración, se afianzaron a principios del siglo XX con el surgimiento del barrio como ámbito participativo.

Recrear estos encuentros que se apropian con espíritu festivo y lúdico del espacio público, marcando como territorio de pertenencia la vereda, la calle, el barrio, la ciudad, fue el motivador para rescatar y resignificar en el presente esta tradición cultural.