La infancia toma la palabra: el Consejo de Niñas y Niños presentó su Proyecto 2025
Consejeras y consejeros entregaron su propuesta anual al intendente Pablo Javkin, entre otras autoridades municipales. La iniciativa es clara y tiene nombre: «Compartimos la Vereda».
Durante un cálido encuentro celebrado en la Estación Embarcaderos el pasado jueves, el Consejo de Niñas y Niños de la ciudad hizo entrega al intendente Pablo Javkin de su proyecto 2025, que lleva por nombre «Compartimos la Vereda». En la ocasión, las chicas y los chicos charlaron con el mandatario y otros funcionarios presentes y pusieron en palabras sus ideas, que una vez más se reflejan claramente en su propuesta anual.
La cita, marcada a las 18:30 en la tradicional sede de la Ciudad de las Niñas y los Niños, representó la culminación de meses de intercambio. Tras la edición 2024, que se centró en el juego libre y la invención de deportes, la nueva propuesta de la infancia rosarina abordó un tema central en la dinámica urbana: la vereda. El Consejo desarrolló durante todo el año distintos ejes que pusieron en valor la autonomía en sus prácticas de juego, la participación y su mirada sobre la ciudad.
"La verdad es que siempre es hermoso, porque es una reunión de trabajo y ellos proponen cosas. Este año nos propusieron algo bien urbano, pero repartido por toda la ciudad, que es poner juegos en la vereda. Y algunas propuestas sobre plazas, sobre todo elementos para refrescar y algunas cuestiones que tengan que ver con promover el juego en distintos lugares”, destacó Javkin, quien estuvo acompañado por eel secretario de Cultura y Educación, Federico Valentini, y por el subsecretario de Obras Públicas, Juan Manuel Ferrer.
En este marco, ofreció un plan tentativo que ya tiene fecha: el 16 de enero. Ese día se agendó una primera reunión para comenzar a poner en marcha la propuesta, en ocasión de otra edición de Aventuras Nocturnas, otro emblemático proyecto del Consejo de Niñas y Niños. “Vamos a empezar a elegir con las niñas y los niños los primeros lugares a intervenir entre plazas y veredas”, anunció el titular del Ejecutivo local.
Siguiendo otras de las sugerencias del Consejo, el mandatario también anticipó que se va a trabajar con los comercios de proximidad, los clubes de barrio, kioscos de revistas, entre otros, para que puedan “aliarse” en esta nueva propuesta y ser quienes ayuden a cuidar las veredas y estar de puertas abiertas para promover el juego.
Otro de los ítems destacados se centró en poder intervenir algunas de las veredas con juegos a piso hechos en baldosas mecánicas como “rayuelas y ta te ti” y pensar obras que permitan generar ensanches para islas de juego diseñadas junto a niñas y niños.
El mensaje final del Consejo fue unánime: sus integrantes no pidieron más tecnología, sino más juego libre. La ciudad ya conoce la hoja de ruta que la infancia propuso para los próximos años, un futuro donde las veredas vuelvan a ser el escenario principal para todas y todos.
La jornada concluyó con la entrega de diplomas a consejeras y consejeros 2025.
Veredas para jugar
La iniciativa 2025 abordó el espacio perdido por las chicas y los chicos para el juego. Bajo la consigna '¿Qué es vivir la vida? Jugar en la vereda', el proyecto ofreció una visión de veredas llenas de vida. Desde el Consejo imaginaron y diseñaron circuitos que se pueden recorrer a pie, además de la incorporación de juegos tradicionales dibujados con tizas que invitan a la participación espontánea.
En su exposición, las y los autores presentes pidieron a las y los adultos ir más despacio y lamentaron que “ya nadie sale a la vereda a sentarse y ver cómo juegan los chicos”. El eje clave de su propuesta se centra en proponer más superficie de juego en las veredas, las que podrían ser diseñadas junto a niñas y niños para permitir un uso mayor.
En sus palabras, afirmaron: “Las veredas son cada vez más chicas y las calles cada vez más grandes”. También plantearon que, para poder jugar libres, “necesitamos salir a correr y movernos”, y que “portarse bien es jugar” para así “salir a la vereda para hacer juegos en el barrio”. La falta de espacio y encuentro se hizo evidente cuando uno de los consejeros dijo: “No conozco a mis vecinos porque vivo en un edificio”.
Para comenzar, propusieron pedir dos veredas por barrio para que ellas y ellos las diseñen a través de un consejo participado de niñas y niños de cada lugar. Uno de los consejeros detalló la hoja de ruta: “Habíamos pensado en arrancar en una o dos calles por distrito” con el objetivo de “ir agrandando, porque no vamos a poder hacer de todo”. Esta sería una primera etapa para pensarlas para toda la ciudad.
Además, sostuvieron que “lo importante es modificar la vereda porque duran en el tiempo y no tienen un día específico”, ya que “si estás lejos de un parque podés jugar en tu vereda”. En última instancia, defendieron que “en la vereda vivimos la vida”.
Soluciones para el disfrute
El proyecto incluye soluciones para mejorar el disfrute de la ciudad en general, entre las que se destacan:
Estaciones para salir a jugar: la propuesta consistió en instalar estantes o estaciones de juegos con kits para explorar la vereda. Uno de los chicos especificó los contenidos: “Los juegos que habíamos pensado para la vereda eran tizas, rayuelas, elásticos, sogas”, además de pelotas, aros, cartas y juegos de mesa gigantes. Las y los consejeros aclararon que no se trataba de juguetes, sino de objetos e ideas para salir a jugar. Este sistema sería gestionado con el apoyo activo de vecinas y vecinos, creando una red adulta que cuide y promueva el juego. Desde el Consejo desearon que una frase clave acompañe esta iniciativa: 'Entre y diviértase, total está para eso'.
Refrescadores: a esto se sumó la instalación de dispositivos de bruma o rocío para combatir las altas temperaturas estivales, bajo el lema 'Basta de calor, a jugar refrescado'. Se acordó que el sistema sería totalmente gratuito y se activaría mediante un botón, liberando una ráfaga de vapor de agua por quince segundos. La idea es que funcionen como puntos de alivio para niños/os y adulta/os, y que el agua tenga un sistema sustentable de circulación y recarga.
En este punto y ante las dudas de consejeras y consejeros sobre su factibilidad, Ferrer ofreción soluciones técnicas: "Se hace con el mismo material que hacen los juegos, que tienen esos caños que no se rompen y son difíciles de vandalizar o que alguien los vaya a dañar. Así que estamos trabajando para poder colocarlos en distintos espacios. La idea de ubicarlos en veredas de plazas está buena. Si ustedes quieren van y lo utilizan. Y también puede estar automatizado, que salga una bruma cada tanto. Entonces, no hace falta que nadie vaya a apretar el botón, sino que es permanente, y así funcionan en algunos lugares, como parques, y se puede aprovechar."
Alianza con el mundo adulto: el proyecto subrayó la necesidad de un acompañamiento adulto que promueva las iniciativas y evite el vandalismo. Chicas y chicos definieron a estos colaboradores como “aliados” que cuiden estos paisajes urbanos de juego y vida cotidiana, una red disponible que acompañe y proteja. En sus propias palabras, este rol se resumió como “que se ocupen de poner y sacar”. Desde el Consejo explicaron que la base de esta alianza es la confianza: “Para mí un aliado es alguien con quien tengás confianza”, como un compinche, familiar, amigo confiable, o persona de confianza. Sugirieron, también, la colocación de un cartel con un mensaje claro: “No romper por querer, cuidemos nuestros juegos porque es para todos’”. El acercamiento a estos espacios debería ser un compromiso vecinal.
Calles amigas de las veredas: también se propuso la regulación de la circulación vehicular para promover el disfrute y la seguridad en el entorno de las veredas y espacios de juego. Esto incluye promover horarios de circulación restringida o la desaceleración de la velocidad en las calles adyacentes. Este pedido busca fomentar una menor velocidad de circulación y un menor uso del automóvil en estas zonas. Incluso se contempla establecer horarios en los que directamente se prohíba la circulación vehicular. La meta es crear un ambiente más seguro y accesible para las iniciativas peatonales y de juego.
Dicen desde el Consejo: "Jugamos sin miedo cuando no hay autos", "Los autos no nos ven porque somos bajitos", "Algo que nos incomoda a todos es que hay autos", "Esta es una calle donde pueden jugar sin miedo porque no hay autos", "Por eso queremos una vereda más grande que las calles".
La mirada de chicas y chicos del Consejo sintetizó y abarcó múltiples dimensiones del espacio público: “La ciudad es de todos, puede tener cosas que todos quieran tener”.
Estación Embarcaderos
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