18 de abril

Economía social

Adiós al carro y al caballo: se suman historias de recolectores urbanos

Vanesa y Miguel forman parte del programa Andando. Recibieron capacitación y emprendieron un nuevo desafío junto a otras 7 personas: recuperar desechos de los volquetes.

“Si hay una ordenanza hay que cumplirla, aunque no es fácil comenzar con algo nuevo”, dice con una voz suave pero firme Vanesa Ramírez, ex carrera. Sabe de qué habla. Participó en piquetes creyendo que nada había más allá del carro. Hoy, Vanesa y su familia son parte de los 1.653 carreros que, no sin dificultades, dejaron sus carros. Con el acompañamiento de la Municipalidad de Rosario, a través de la Secretaría de Economía Social, construyen nuevos modos de vida que se resumen en mayor inclusión.

Vanesa no proviene de una familia de tradición carrera. Tenía 22 años cuando conoció a Miguel, su hoy compañero y padre de sus 6 hijos. “El amor me subió al carro, aunque al principio me daba vergüenza ir ahí arriba buscando basura”, dice con una sonrisa plena mientras sus ojos buscan los de Miguel, sentado a su lado.

Bajito, tímido, de enormes ojos verdosos, manos con heridas por la dureza del trabajo, Miguel se define como “nacido sobre el carro”. Sus padres y abuelos fueron carreros. Tuvo algunas changas temporarias como albañil, pescador y empleado en una chatarrería. Impulsado por Vanesa se bajó del carro. Su mujer y sus hijos fueron el motor para animarse a hacer otra cosa.

“Tengo 31 años y toda mi vida viví arriba del carro. Estudié sólo hasta tercer grado”, dice con una mirada triste. “Nunca me dio vergüenza andar con el carro”, asegura y agrega: “Mi abuelo siempre decía que «vergüenza tiene que darte no llevar nada a casa con dignidad»”.

El consejo familiar lo sostiene y por eso inició una nueva etapa de trabajo. Se trata de un emprendimiento al que llamaron Los hebreos y la tierra prometida dedicado a recuperar desechos de los volquetes (maderas, nylon, plástico, telgopor y escombros).

La iniciativa los involucra junto a otras 7 personas, todos tan jóvenes como Vanesa y Miguel.

A comienzos de mayo comenzaron a limpiar un enorme terreno ubicado a la altura de Ovidio Lagos al 7200 en el que desarrollarán el emprendimiento con la asistencia de la Secretaría de Economía Social. “Antes esto era una selva”, remarca Vanesa.

La historia de estos jóvenes se suma a la de tantos otros que se incorporaron al programa Andando. Historias de andar otros caminos que conducen a la inclusión a través de la incorporación a la economía formal y a la formación y capacitación.

Este trabajo de inclusión sociolaboral se realiza con los equipos de trabajo del municipio, a través de las secretarías de Economía Social, Desarrollo Social, Ambiente y Espacio Público y Control y Convivencia. Todas las acciones cuentan con el acompañamiento del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia.

Las distintas áreas trabajan en forma interdisciplinaria para intervenir en cada uno de los casos priorizando lo social y acompañando en distintas instancias que van desde el desarrollo de emprendimientos asociativos y la capacitación a través del programa Emprende a la provisión de insumos para desarrollar las propuestas de trabajo.